Este artículo llega bastante tarde y me disculpo, más que nada, porque este juego merece muchísima atención.
Me voy a la primera vez que se anunció el juego, cuando todavía se llamaba “Project EVE”, porque recuerdo que de alguna manera me llamó muchísimo la atención, se veía como un hack and slash pero con un tono más serio que un Devil May Cry o que un Bayonetta (sin menospreciar dichos juegos, que de por sí son unos verdaderos juegazos). No puedo explicarlo, simplemente me atrapó, hasta el punto de que pasó un tiempo fuera del radar e incluso me hicieron pensar en que estaba sufriendo de un ataque de Efecto Mandela, porque mucha gente no lo recordaba.
Cuando volvió a escena y anunciaron su nombre oficial y su fecha de salida, pues la verdad se me disparó el hype. Un juego de acción, una chica con espada haciendo acrobacias mientras mataba monstruos ¿a quién no le va a gustar un hack and slash clásico del siglo primero? Todo lo que se podía percibir de los trailers era una jugabilidad frenética con saltos y luces en medio del combate contra monstruos inmensos.
Ahora bien, el día de lanzamiento, voy a mi tienda de confianza, compro mi juego y llego a casa a instalarlo y empezarlo cuanto antes (aparqué todo lo demás). Ya había jugado la demo y ya sabía un poco lo que me esperaba desde el punto de vista de mecánicas de pelea, pero la experiencia sigue siendo una de las más gratificantes de los últimos años.
Ya he jugado algunos juegos coreanos antiguamente y la estética siempre me ha encantado, por lo que esta vez no fue diferente, el apartado tanto gráfico como artístico me explotó la cabeza. El diseño de los personajes, y de los enemigos es una maravilla. Ahora bien, la estética es algo de lo que no se ha visto hace ya mucho tiempo en el mercado occidental, porque hay corrientes de pensamiento que te cancelan por pensar que los personajes fantásticos y ficticios deben ser tan fantásticos y ficticios como la propia historia que desarrollan, es decir, si entras en un mundo de magia o en un futuro muy avanzado lo más seguro es que te encuentres a tu vecino de al lado, no a un elfo en perfecto estado físico, mucho menos a una ciborg de figura escultural, porque en una fantasía o ficción, no hay espacio para estándares fantásticos o ficticios… Lo siento, soy vieja escuela, si voy a un bosque, quiero ver a una elfa cazadora de una apariencia impecable que muestre lo FANTÁSTICA que esa realidad.
Prosigo y no me quedo enredado en polémicas.
Los personajes son increíbles, al menos en lo estético, porque hay que recordar que este estudio hizo el salto a plataforma con Stellar Blade, viniendo de crear videojuegos para formato móvil, con lo que seguramente necesiten más dinero y tiempo para mejorar la calidad de su producto, que ya de por sí es bastante bueno.
Luego de superar la belleza estética del juego, lo que sigue inmediatamente es una sensación de vacío, pero no porque el mundo esté vacío (porque de hecho tiene mucho para explorar y enemigos de los que escribiré un poco más adelante), sino porque la música y los mapas generan una especie de melancolía por un mundo que se ha ido a la mie… Donde los “humanos” que conseguimos son organismos biológicos mejorados con tecnología.
El objetivo es ir a matar a los “monstruos” o, como se llaman en el juego, los Naytibas, que en teoría están atacando a los “humanos” que residen en el planeta y que estaban esperando la salvación a través de unos “ángeles” enviados desde el espacio. No profundizo mucho en la historia para no hacer spoiler a quien no lo haya jugado, la idea de lo que escribo es que quien lo lea sienta la necesidad de jugarlo, porque vale muchísimo la pena.
La música y la ambientación están hechas con mucho detalle y cariño, se nota la dedicación que tuvieron a la hora de cuadrar lo que ves con lo que escuchas, de hecho, cuando entras en combate, la música se eleva a un siguiente nivel, cambiando de algo suave y melancólico a una melodía más intensa y electrónica. Sin que me quede nada por dentro: la música y la ambientación es seguramente lo mejor que tiene este juego, es espectacular.
Entro ahora en las mecánicas de combate porque ya he mencionado que la música cambia y que el mundo no carece de enemigos, así que vamos a las mecánicas. El juego es, en general una mezcla de géneros, pero destacan 3 importantes: hack and slash, RPG y souls-like. Los combates, aunque son muy entretenidos, no son de un hack and slash al uso, sino que tienen su propio ritmo y pueden pasar de ser un souls-like a un hack and slash o viceversa en cuestión de milésimas de segundo. Basta con equivocarte en un golpe, un parry o una defensa perfecta para que pases de un juego de saltos acrobáticos y destellos a rodar por el suelo huyendo y gritando desesperadamente mientras te tomas la poción de recuperación de vida. El juego solo es un hack and slash para la gente más hábil, a medida que vas aprendiendo los patrones, los combates se vuelven “más sencillos”, mientras que las primeras veces que te encuentras a un enemigo, puedes llegar a sentirte como en Demon Souls.
Ahora la parte más táctica del juego, lo que hace que se le note ese aspecto de RPG: el árbol de habilidades. Es una obra maestra, a quién se le haya ocurrido implementar este árbol en el juego, le ha dado una vidilla increíble, porque se ajusta mucho a si prefieres bloquear, si prefieres esquivar, si quieres que Eve sea agresiva, si te gusta usar habilidades, si prefieres mashear el botón y cortarlos a todos en trocitos, este árbol de habilidades hace que el juego se ajuste a cada persona que lo vaya a jugar, como un guante hecho a medida. Sin mucho más que agregar, es una genialidad.
En cuanto a la historia y el desarrollo de personajes, es cuando se le ve un poco más flojo, pero que no sea algo que te eche para atrás a la hora de jugarlo porque, aunque no es una historia novedosa, sí que tiene un par de plot twists interesantes. Yo si pude conectar con los personajes, a lo mejor porque me la estaba pasando genial en el juego. Ayudar a los NPCs del pueblo me gustó, disfruté enterándome de la historia de alguna cantante sin memoria o recibiendo los piropos de una comerciante que no se corta ante nada ni nadie.
No puedo terminar sin antes escribir sobre los coleccionables, que pudieran ser un tema muy banal, pero que, sin embargo, son altamente motivantes de conseguir. Principalmente los atuendos de Eve son una maravilla, no me refiero únicamente a los que muestran piel, sino a todos, no hay ninguno que me haya dejado indiferente. De hecho, después de cierto punto, empecé a cambiarme de atuendo cada vez que iba al pueblo o viajaba entre mapas, para tener la oportunidad de usarlos todos. Los trajes de Eve son espectaculares, reitero que la estética de este juego es impecable. Otros coleccionables que disfruté buscando fueron las latas del pasado, me imagino que la idea podría haber sido monetizar a través de la publicidad en las latas (yo le habría vendido esa idea a Coca-Cola o a Pepsi), pero igual se me hizo entretenido leer la pequeña descripción de cada lata y ver la variedad de cosas que se beben en Asia. Por último, está la pesca que, aunque no representó tanto esfuerzo como los atuendos o las latas, igual me pareció entretenido, eso de detenerse a pescar y reunir las pocas especies de vida salvaje natural que quedan en ese futuro desolado invadido por Naytibas me pareció de los más relajante.
Ya para terminar, este juego ha sido una grata sorpresa en este 2024. De todo lo que he jugado, el primer juego en mi lista de recomendaciones es Stellar Blade, una magnífica mezcla de estética y mecánicas que no dejó indiferente a nadie, habrá quienes lo odian, definitivamente habrá quienes lo aman, pero todo el mundo sabe de qué juego se trata cuando mencionan Stellar Blade, así que ya saben, a jugarlo que para mañana ya es tarde.