Este no será un artículo que alimente polémicas sobre las circunstancias que rodearon el desarrollo del juego, me limitaré a hablar de lo que me ha gustado y de lo que no me ha gustado tanto, porque al final no soy periodista, ni tengo tiempo para estar siguiendo las corrientes ideológicas diametralmente opuestas que además rondan los extremos.

Con esta introducción entro directamente al rodeo: Dragon Age The Veilguard, un juego desarrollado por BioWare y publicado por Electronic Arts. En mi cabeza, este juego es de acción y aventura con toques roleros. Rompe con lo que venía siendo los juegos anteriores de la saga que eran mucho más roleros, imagino que es porque agrega una cierta simplicidad que podría llamar la atención de nuevos jugadores. Considero que este cambio ha sido acertado tomando en cuenta la cantidad de contenido secundario que tiene, porque podría haber pasado de las +70 horas que le dediqué a +120 horas si el juego hubiera sido de combates tácticos por turnos. Dicho esto, completo diciendo que me gustó más este estilo de jugabilidad que el de Inquisition.

Dragon Age The Veilguard nos presenta una historia en la que nos deberíamos sentar a pensar en si todo vale para conseguir nuestros objetivos, siendo Solas el detonador de toda la trama del juego precisamente al pensar que «todo vale» para «revertir» el mundo a su estado original. Empezamos fallando la misión y liberando a un par de dioses elfos en el mundo. de ahí iremos conociendo diferentes personajes secundarios que se sumarán a nuestros esfuerzos para solucionar lo que Solas ha desatado.

En cuanto a los personajes secundarios, aunque al principio la mayoría me llamaron la atención, ya un poco más avanzado en le juego me decanté por enterarme de la historia de 3 compañeros: Emmrich el necromancer, Neve la detective y Davrin+Assan el grey warden con su grifo. De hecho, mi interés romántico fue Neve, que me pareció la más madura de todo el grupo de compañeros.

Particularmente me pareció interesante la historia de Emmrich que giraba entorno a la mortalidad, respetar la vida y la aceptación de la muerte al final del camino. Sin contar la personalidad del necromancer, que era una especie de señor de la realeza jajaja una manera de hablar muy refinada y un lenguaje corporal que denotaba de forma «graciosa» lo señorial que era. Desde el principio da la imagen de que es una persona incapaz de ensuciarse las manos, pero en el buen final ha superado sus miedos y se convierte en un tipo aguerrido capaz de ir a enfrentarse a las hordas de darkspawn sedientas de sangre.

Otra historia que también me hizo reflexionar un poco fue la de Davrin y Assan, que se enfrentan a un ente lleno de remordimiento y rencor por haber sido forzado a experimentar sobre unas criaturas a las que, en vida, les tenía mucho cariño y respeto. Estos experimentos les costaron la vida a los sujetos de pruebas, que no solo murieron, sino que sufrieron durante todo lo proceso dejando una mella psicológica y emocional al ente llamado The Gloom Howler (El Aullador de la Penumbra en español).

También disfruté de la aparición de Morrigan en el juego, por más superficial que sea su intervención (aunque si haces las secundarias de las memorias de Solas, su intervención se hace un poco más importante), porque me trae recuerdos de las entregas anteriores y da un sentimiento de conexión, sobre todo con el Dragon Age Origins (mi preferido de toda la saga).

Me pareció interesante que entre ellos tuvieran interacciones, los hace un poco más realistas, sin embargo, el hecho de tener que ser mediador en todos los conflictos hizo que me sintiera como si estuviera en una guardería, ya que tenía que ser juez en temas que realmente no tenían nada que ver conmigo, evitando que los personajes mostraran algo de madurez y resolvieran los conflictos entre ellos.

El mundo está muy bien creado, me encantó entrar en todos los escenarios y observar la belleza de lo que habían creado los desarrolladores, es un mundo más colorido de lo que fueron las entregas anteriores y honestamente se aprecia mucho el cariño que le han puesto a los escenarios.

Además, el mapa (aunque parezca pequeño) es bastante amplio, permitiendo la exploración de muchos ambientes diferentes, lo cual era bastante refrescante y evitaba la monotonía de estar siempre en el mismo lugar, daba la sensación de estar salvando al mundo entero, más que a una zona particular. Lo que me lleva también a agradecer los marcadores, que en mi caso evitaron perderme buscando rutas para llegar a los objetivos.

En cuanto al combate, me parece que fue una muy buena idea sobre el papel, pero que en la ejecución pudo haber sido mejor implementada, ya que indiferentemente de lo estuviera ocurriendo durante la batalla o la distancia a la que yo estuviera de los enemigos, tenía encima mucho agro, es decir, los enemigos casi siempre iban a por mí, indiferentemente de que los compañeros les estuvieran pegando o de que yo estuviera del otro lado del campo de batalla, lo que hizo que mi experiencia de ser una asesina se viera comprometida al tener que estar saltando durante todo el combate para evitar que me mataran mientras los compañeros hacían daño con sus habilidades. Esto derivó en que cambiara la dificultad y la dejara en modo historia. Mi consejo, para quienes quieran jugar el juego en dificultad normal, hagan un personaje guerrero/tanque, que sea capaz de aguantar golpes mientras ataca.

Otro punto que me parece que pudieron mejorar es la cantidad de veces que te permiten intervenir durante una conversación pero que realmente no afectaba el resultado de la charla, cosa que más bien me hacía sentir que la conversación hacía una especie de check para verificar que el jugador estaba ahí. Hubiera preferido menos conversaciones o más cinemáticas.

En sí, el juego es bastante disfrutón, no sentí que fuera muy complejo o con mucha carga psicológica/emocional, por lo que pude disfrutar de la experiencia como si fuera lectura de fantasía, con dioses, magia, explosiones, intrigas, traiciones, pero desde un punto de vista ligero y entretenido. Obviamente tengo que hablar del final, porque después de las +70 horas, conseguí el final que más se ajustaba a lo que yo quería: un final feliz! No exento de sus tragedias, muertes y despedidas, pero con un balance positivo que me hizo sentir recompensado por las horas que le dediqué. Todo el capítulo final es de enfrentamientos épicos, mucho heroísmo, batallas por todas partes, un ejército heterogéneo pero muy bien coordinado para darle el golpe final a la fuerza maligna que ha estado tratando de corromper el mundo desde el principio del juego. No pude evitar sentirme particularmente emocionado viendo como cada uno de mis héroes salía victorioso de la tarea que se les había encomendado (después de haber completado todas las misiones secundarias de los compañeros). Ha sido un final muy épico y emocionante, un buen cierre para una aventura de fantasía.

Completo con algunas capturas que tomé de imágenes que me parecieron imponentes:

En conclusión, este juego se me hizo disfrutón, se separa bastante de las entregas anteriores en cuanto a estética y mecánicas, pero no por eso es un mal juego. Se agradece que hayan tomado riesgos en cuanto a las decisiones ejecutivas de como implementar ciertas mecánicas, incluso si no han sido las mejores o la que a la mayoría les hubieran gustado. Yo lo recomiendo sobre todo como una experiencia amigable y disfrutona, pasear por los mapas, hablar con los compañeros, son cosas que se disfrutan de una manera más ligera que otros juegos que podrían tener una carga moral o emocional más fuerte.

Agregamos adicionalmente, el vídeo que sacó nuestro compañero del programa Datana Gamer en su canal con la review de Dragon Age The Veilguard.